viernes, 18 de marzo de 2011

¡El daño que hace el dedazo!




Dentro del blog se efectúo una encuesta ¿sobre si se debería sembrar a los ajedrecistas para participar en las olimpiadas o no?

Tuvo más votos: -deben ganar un lugar- y se registraron comentarios como: “ Siempre y sin ningún pretexto se debe competir, el lugar se debe ganar en el tablero no por "favoritismo" o por creer que dará medallas” Uno más fue: “Todos deben competir por su lugar en la Olimpiada, sea la fase que sea y el "mejor" debe demostrar que es el mejor, en dado caso: ¿Cuantas veces no se denota en un jugador de ajedrez el sube y baja en el nivel de juego? Por salud del evento, pues de otra forma la justa tendría que ser de convocatoria "cerrada" y no "abierta" como lo es la Olimpiada Nacional” Otro más es este: “Ni siquiera el jugador sembrado aporta medallas obligatoriamente”

La olimpiada en la etapa estatal y en la regional en una invitación abierta a los ajedrecistas infantiles y juveniles para ganar un lugar y demostrar en la Olimpiada Nacional ser el mejor.

Mata toda esperanza de evolución que se plante a jugadores, anula la motivación de un niño o de un adolescente por superarse ¿A que intentar vencer al favorito, sí a este se le planta y no compite? Los mismos campeonatos mundiales tenían este defecto ¡todos se mataban entre si, para poder disputarle el lugar al Campeón, quien no participaba en el match y esperando cómodamente al retador! ¡Hoy no es así!

En bien de una competencia sin favoritismos, se debería evitar que se plante a jugadores, ante el supuesto beneficio, que le otorga una asociación el hacerlo (asegurar una medalla). Debe pensarse, que para los demás ajedrecistas, es una injusticia el no poder demostrar que vale tanto como el campeón actual y que lo puede vencer. Anula el juego limpio, la aspiración a superarse y destacar. ¿A que preparase, a que estudiar, porqué luchar, si todo esta arreglado?

Plantar a jugadores que no disputaran con los demás un sitio, es un retroceso, similar al no dejar a los juveniles ganarse un lugar en lo selectivos con miras al mundial. El plantar a quien se considera el mejor, no necesariamente asegura resultados, pero si vulnera al juego limpio. Se le indica al aspirante ¡Tú no tienes la valía! Se le desecha, sin darle oportunidad a demostrar su casta ¡El daño que hace el dedazo es el desanimo!

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