lunes, 24 de septiembre de 2012

¿Por fin los ajedrecistas se hacen solos o con un entrenador no se deja de aprender?



Pensamiento confuso

López Michelone escribió en su blog un articulo que nombro: Más del entrenamiento de ajedrez usando computadoras aquí la liga http://la-morsa.blogspot.mx/2012/09/mas- Michelone después de terminada la partida del niño con el programa, inicia la revisión de la partida y le señala aciertos y errores, cumpliendo la función de un entrenador, olvidando por fortuna, sus propias palabras; los ajedrecistas se hacen solos.

Me agrada sobre manera que López apoye a un niño entrenándolo, por dos razones la primera, porque apuntala el optimismo de un niño, en sus mayores, lo rescata de la soledad que representa aprender de forma solitaria, dura, sin el calor de un ser humano que le enseñe, la segunda porque se come en los hechos sus banales, superficiales y tantas veces repetida palabras: “Los ajedrecistas se hacen solos”

Después de leer su articulo, en el apartado para comentarios, escribí lo siguiente:

¿Los ajedrecistas se hacen solos? para saber si aún pensaba lo mismo, después de ejercer de entrenador.

Sin tardar llego su respuesta, tergervisando todo.

Capó, todo lo malinterpretas. De aquella lejana plática tú querías que la FENAMAC le pusiera a todos los ajedrecistas un entrenador. Yo te repito lo de antes: no hay para todos porque los entrenadores escasean y además, no todos los que juegan al ajedrez tienen el interés y talento para trabajar duro en el juego ciencia.

Por ello, quienes se interesan en ajedrez muchas veces trabajan solos, se hacen solos. Quizás llega el momento de conseguir ayuda de otros, pero eso no es lo que ocurre nomás porque al niño le gusta el ajedrez. Sus padres, al ver interés, buscan qué hacer. Pero tú quieres que a todos, buenos y malos, con o sin interés, la FENAMAC les dé gratis incluso, un entrenador. Y no, eso no se puede. Te lo dije antes y te lo repito: hay que primero demostrar capacidad e interés y entonces, ver si se le puede ayudar. Antes, pretender que todo aquel que mueve las piezas tenga entrenador, es un absurdo.

Mi respuesta a su tradicional cambio de rumbo y salirse por la tangente fue:


Primer punto

Insistes en falsear las cosas Jamás pedimos entrenador para cada niño (eso no se lo cree ni tu mayor fan) que desee jugar al ajedrez. Pero sí un entrenador para los niños y jóvenes que participan en los torneos nacionales considerando, también, a los ajedrecistas que representen a México en eventos internacionales.

Segundo Punto

Siempre te has opuesto a que haya entrenador nacional con argumentos como estos: "Mi sugerencia es sencilla: que los jugadores se apliquen ellos mismos, que estudien por ellos mismos si es que el juego les interesa lo suficiente. Hay muchas bases de datos, muchos libros, mucha información en Internet y se puede progresar sin necesidad de nadie. Quien siga pensando que un entrenador hace a los jugadores, o no sabe o tiene una idea ingenua de cómo se progresa en ajedrez"

Tercero

Quien tiene una idea chabacana de como se progresa en el ajedrez eres tú, al asegurar que se puede progresar en el ajedrez sin la necesidad de nadie. ¿Que haces entonces tú revisando las partidas y dándole consejos al niño e indicándole sus errores, para que él de esta experiencia aprenda? Te diré que funges como entrenador.

Todos sabemos que podemos aprender de los libros, con los básicos conocimientos de lectura; pero no es enriquecedor, amén de la confusión que nos crearemos, sin método, sin el plan de un entrenador, creamos -lagunas de conocimiento- Sin una guía perderemos mucho tiempo.  Además los niños, los jóvenes requieren de respuestas afectivas, que llenen su necesidad de relación.  Sí el conocimiento es vivido por el sujeto, lo enriquece y así obtiene saber de las personas y del mundo a través de la práctica y de la experiencia.

Cuarto

La escuela de tu padre es el mayor ejemplo de que los guitarristas no se hacen solos No lograrían serlo sin las indicaciones del instructor, sin la guía del sapiente maestro, sin su paciencia, por más métodos y ejercicios de guitarra que en la soledad lean y practiquen.

Uno de los alumnos de tu padre Alfonso Moreno que es una persona adulta se refiere a tu padre y dice: "Sigo recibiendo sus consejos, sigo platicando con él, en un concierto pienso como lo haría, que me pediría, siento que sigue estando aquí apoyándome con su generosidad"

El recuerdo del preceptor, guía, entrenador, profesor o como le quieras llamar vive en el alumno, vive su amistad, el cariño por el maestro, así como sus enseñanzas y su imagen, perduran por siempre. 

Rafael Jiménez otro alumno de tu padre afirma "Toda mi experiencia que tuve con el Maestro López será trasmitida a quien la quiera escuchar"

¿Tú de niño estudiaste solo y recuerdas y amas solo aquel ordenador.

Aquí la respuesta de Michelone

Tienes mucho tiempo libre, así que te contestaré lo que escribiste y ya. No me voy a lanzar en una interminable discusión porque simplemente no tengo tiempo:

1. ¿Pedir entrenador para los niños y jóvenes que participan en torneos nacionales? ¿de cuántos niños hablas? ¿50, 100, 200? ¿de dónde piensas sacar entrenadores para ellos? El asunto es que hay pocos entrenadores, si los hay, y si fuesen pagados pro la Fenamac, deberían entrenar a los talentos, porque el recurso es escaso. Si hubiese docenas y docenas de entrenadores, pues que les den uno a cada niño, pero como están las cosas, tu idea esa absurda e insostenible.

2. No, no me he opuesto al entrenador nacional. me he opuesto a que el entrenador nacional tenga que entrenar a todo aquel que muestre interés en el juego. Esta figura debería entrenar a aquellos talentos, a aquellos que han demostrado habilidad y facilidad, además de interés por mejorar. El recurso es escaso, no se los puedes dar a todos. Por ello, quien se interese en el ajedrez, que estudie con libros, con programas, con bases de datos, que vaya a torneos y que vaya mejorando. En esa medida podrá verse si el entrenador nacional, en caso de existir, pudiese orientarlo. Como el recurso del entrenador nacional es muy escaso, hay que dárselo a las promesas, no a todos los que se interesen y que jueguen en los torneos, eso es invíable.

3. Al principio tienes que trabajar mucho por tu parte, solo, con libros, y ahora, con tanta información que hay en la red, en las computadoras, en las bases de datos. Insisto, pretender que todos puedan acceder a un entrenador es absurdo porque no existen tantos entrenadores para poder atender a una gran demanda. Por ende, tienes que poner requisitos, tienes que ver quiénes tienen talento. ¿Cuántos jugadores dejan el ajedrez de chavos porque no les interesa lo suficiente? ¿A todos esos les vas a dar entrenador a ver si terminan por interesarse? Por favor.

Y sí, funjo de entrenador, pero Carlos Sandoval ya demostró que tiene talento, que estudia, que quiere progresar. Ya ha sido campeón panamericano. Le interesa y está involucrado en mejorar. Él quiere mejorar, está involucrado en este sentido y eso es el primer paso del aprendizaje. Ningún alumno puede aprender nada si no se le involucra, en la asignatura que quieras. El maestro (o entrenador), es una buena guía pero si no hay interés por parte del alumnado, no hay progreso. Tú insistes en creer que el entrenador los va a hacer mágicamente mejores jugadores. Eso no ocurre necesariamente y el fracaso escolar se explica muchas veces porque el profesor no logró involucrar e interesar al alumno. Así de sencillo.

Así pues, para que quede claro de una buena vez: un entrenador es deseable, pero lo es en la medida del interés del trabajo que puede hacer un alumno estudiando por su parte, trabajando en su ajedrez. Un entrenador no puede lograr avances si no hay interés en el alumno, amén de otras cualidades como cierta capacidad, talento, etcétera. Desafortunadamente el entrenador es escaso y no se le puede dar a todos nomás porque participan en torneos. Eso es invíable.

4. comparas peras con manzanas, Capó. Mi padre creó grandes guitarristas, pero su mérito fue lograr que se involucraran los alumnos en el estudio de la guitarra. Alfonso Moreno estudiaba unas 10 horas diarias. Rafa Jiménez otras tantas, o más. Aparte del talento de ambos, hay mucho estudio, promovido por las enseñanzas de mi padre, que a todo esto, eran de una clase por semana, aproximadamente. Así, los alumnos tenían "tarea", estudiar no sé cuántas obras, para poder dar la lección la siguiente semana. El trabajo fuerte lo hacen los alumnos, solos, en casa. El profesor, en este caso mi papá, era una guía, pero sin el trabajo de los alumnos, totalmente inútil. Los ejemplos de Alfonso y Rafael son eso, ejemplos de trabajo constante, de desarrollo en la música, aunados al trabajo que hizo mi papá como su maestro, pero que no podría haber surtido efecto si estos guitarristas extraordinarios no hubiesen trabajado (y lo siguen haciendo), muchas horas en la soledad de sus casas.

A todo esto, yo estudié solo ajedrez (nunca estudié música). Hasta ya de mayor me pagué mis propias sesiones de entrenamiento porque me interesa progresar, porque siempre me interesó saber cómo un maestro como Juan carlos González, ve el tablero, cómo analiza. Pero yo he trabajado muchas hortas en la soledad de mi cuarto. Además, en mis tiempos no había computadoras. Sólo torneos y libros.

En resumen y para terminar: los profesores en las escuelas no son garantía de aprendizaje. Hay algo que no se puede soslayar, que es el interés y el trabajo de los alumnos en casa. Quien no le interesa, quien no se involucra en el tema, no puede mejorar porque no trabaja por su parte. El profesor en las escuelas, a cualquier nivel, debe buscar interesar a los alumnos, pero siempre habrá a quien no le guste la asignatura y si la aprueba, lo haga de panzaso. Quien crea que yendo a la escuela es suficiente, se equivoca, es no entender cómo se trabaja en las escuelas para mejorar. La facultad, los estudios superiores, demuestran que quien no se aplcia muchas horas, después de asistir a las respectivas clases, trabajando sobre los temas que ve, no podrá con las asignaturas y está condenado al fracaso. Hay mucho trabajo que hay que hacer solo. Desde luego la guía de un profesor es importante, pero eso no hace la magia del aprendizaje y del progreso. Esto se aplica al ajedrez, con el inconveniente que no hay suficientes entrenadores ni siquiera para eso.

Y aquí lo dejo. De verdad, Doc Capó, tengo poco tiempo como para rediscutir lo que siempre malinterpretas a tu antojo.

saludos
Manuel


Mi respuesta final la publico en este blog.

De toda tu perorata, me quedo con: Si funjo como entrenador.

¿Que se le den solamente clases a los niños que demuestren su avance? ¿como se avanza sin la guía de un profesor, solo en un cuarto, como tú en la niñez, para terminar jugando, como tú en las ultimas mesas y solamente poder progresar, hasta crecer y tener dinero, para pagarse las clases?Ahora entiendo más tu psicología.

¿Por qué no enseñar a los niños que tienen interés por el ajedrez, desde un principio, por qué los niños tienen que demostrar primero progresos, dentro de soledad de su estudio, para iniciar el aprender con alguien capacitado? De ser así, nadie entraría a la escuela primaria, hasta saber leer. Es de risa. 


Pero al menos ahora aceptas ser un entrenador, dejando atrás tus palabras “No se necesita a nadie para progresar” es un avance en ti. Lastima que te tardaste décadas en entenderlo.

Jamás he asegurado que el alumno no debe trabajar horas en casa, pero desde un inicio es fundamental que el maestro, le brinde la confianza, la seguridad, el amor, así como los conocimientos al alumno, para trasintar por el sendero de la evolución, desde luego indicándole tareas por cumplir. 

Quien ha asegurado los ajedrecistas se hacen solos, no se necesita a nadie para progresar, esto se puede lograr desde casa, con programas y libros, recibía clases con Juan Carlos según su confesión. 

¿Cual es la pera el ajedrez? ¿y la manzana acaso la guitarra? López todos: los grandes maestros, los concertistas y otros trabajan horas y horas Tu padre no le solicitaba a una persona deseosa de aprender guitarra, que regresase cuando ya hubiera avanzado, por el contrario, decía la importancia de nuestra escuela es que sirve para todas las edades, les enseñamos a niños, jóvenes, ancianos, médicos, abogados, boxeadores. No hacemos test para su ingreso  Mi intención fue hacer una escuela que fuera útil para todos los seres humanos que se acercaran a mi.

Me imagino la escena:

 ¿ Ya es usted Maestro Internacional por Correspondencia? le pregunta (a lo Lopez) un GM, a un aspirante a a tomar clases con él.  El  interrogado, tímidamente expresa un si, apenas audible.  El GM lo abraza y  le grita emocionado: ¡bien le felicito! y a continuación agrega ¿Esta usted implicado en mejorar, está involucrado plenamenteen este sentido? El solicitante de aprendiz, aclara la voz, y un titubeante si, sale de su boca, al tiempo que pasa sus dedos, por las canas, que nacen, de la  región temporal de su cráneo. 

 El Maestro se sienta y le dice: ¡Ahora me encargare de su educación, hasta hacerlo un Gran Maestro! y de forma imperativa agrega, ¡vendrá a mis clases cada 10 días y le dejare una impresionante carga de tareas y de trabajo!. ¡Vamos, vamos, no se desanime, en unos años, sera usted todo un Gran Maestro! El aspirante esboza una tímida sonrisa.

Bromas aparte. ¿López, te has preguntado que pasaría de haber más escuelas de música, como la imaginada por tu padre y de ajedrez, con los conceptos ideados por Lasker? 
dar clic   Lasker//fotosanpa.

Lo que es una perla es tu aseveración generalizada. En resumen y para terminar: los profesores en las escuelas no son garantía de aprendizaje. Y la segunda, que quien ha asentado su predisposición a discutir con todos en foros; blogs, redes sociales y comentar en los sitios de Internet, acuse a otro, de tener tiempo libre. 

Al fin hoy reconoces que el ajedrecista no se hace solo, aunque hayas transitado por las innumerables veredas, que conoces de la monserga.


La savia de la rana.










































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