miércoles, 23 de enero de 2013

Sueños y Agonias de Marcel Sisniega





Jorge Sagiantte acompañado por Marcel Sisniega


Es deporte? ¿Es un arte? ¿Es una ciencia? El gran maestro internacional Marcel Sisniega prefería describir al ajedrez como un misterio continuado que refina nuestro espíritu a través de la imaginación y el conocimiento de nosotros mismos. 

Revisando lecturas me encontré con este viejo articulo de Sisniega, de su columna " Sueños y Agonias" donde desmiente eso, de que los ajedrecistas de hacen solos. En su quehacer diario describía la actualidad del ajedrez en el mundo. Reseñando también las partidas más interesantes que sucedían en diferentes países.


Sueños y Agonias


Marcel Sisniega

Viernes 14 de febrero de 2003


El ajedrez en Vietnam

En su más reciente edición, la revista Time publica un artículo sobre el misterioso surgimiento de genios en distintos campos del saber. Un claro ejemplo es Nguyen Ngoc Truong Son, el niño vietnamita que a semejanza de Capablanca, aprendió a mover las piezas a los tres años, observando las partidas entre sus padres.

Supimos del pequeño Son hace algunos meses, cuando arrasó en un torneo internacional en Budapest. Anteriormente, emuló a su compatriota, el Gran Maestro Dao Thien Hai, al ganar el Campeonato Mundial Sub 10. En la actualidad, con doce años de edad, el "rating" de Son anda por los 2 mil 440 puntos, todavía lejos del ucraniano Serguei Kariakin, pero sin duda entre los mejores del mundo.

En 1990 Vietnam participó por vez primera en una Olimpiada de ajedrez y sorprendió a propios y extraños con un resultado notable, que incluyó un empate histórico ante la poderosa escuadra de los Estados Unidos. Desde entonces admiramos la juventud, la tenacidad y las habilidades tácticas de sus esmirriados luchadores.

Dao, Son y la Gran Maestra Hoang Than Trang encabezan la lista de talentos en Vietnam, país que padece un subdesarrollo más acuciante que el mexicano y, sin embargo, enfoca sus esfuerzos hacia el ajedrez juvenil.

Dichos avances echan por tierra cualquier pretexto fatalista. En la castigada nación asiática se planea con seriedad. Una vez detectado el jugador con capacidad, se le brinda asesoría y entrenamiento. Por ello, no es de extrañar que Vietnam figure con honores en los festivales infantiles y juveniles, además de que su equipo femenil se ubicó entre los diez mejores en la Olimpiada de Bled. 

Muchos niños habilidosos proceden de familias pobres y ciudades de provincia o, como en el caso de Nguyen Son, de un jacalito en la delta del Mekong. A los entrenadores les asombra que estos muchachos acudan a sus clases sin mayores conocimientos teóricos, pero con ansias de aprender.

 Los vietnamitas han establecido una especie de base en Budapest, donde nuestro colega y compatriota Julián Estrada se los encuentra con frecuencia. Recientemente, al triunfo del pequeño Nguyen Son se añadió el de Bui Vinh en un torneo magistral en Hungría.

Bien haríamos en tomar en cuenta estas lecciones de la federación vietnamita.

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