martes, 20 de agosto de 2013

Sí al ajedrez



Guerra, concepto jurídico que hace referencia al conflicto armado entre dos estados, denominados beligerantes, y que tiene como finalidad hacer valer un determinado objetivo utilizando medios que el Derecho internacional público reconoce y regula en el denominado Derecho de guerra.

En el ajedrez como en la guerra se hacen planes, se formulan estrategias, tácticas, ataques, ofensivas, defensas y contraataques. Se utiliza la inteligencia, en el combate y se gana ó se pierde.




El juego ciencia no origina como en el conflicto bélico: Incertidumbre, estragos, destrozos, hambre, sufrimiento, llanto, desdicha, sentimientos de desesperanza, ahogo, humillación, agonía, muertes, luto, duelo, angustia, rencor, odio, sentimientos de desquite, frustración, miedo, desesperanza, desaliento, amargura, la perdida de todos los valores y la estimación propia.

En el ajedrez se propicia el uso de los valores, así como de las capacidades del intelecto durante el espacio de la lucha, y el contrincante después de su éxito extiende su mano al opositor, cumplidamente en señal del cese de las hostilidades que se han finiquitado delante y sobre un tablero. La amistad emerge, salvo en los casos de los ogros que reniegan y asustan a los niños. Espantajos de Bakú o de otros lares.

Quienes en una competencia de inteligencia convinieron en ser oponentes, al terminar la lucha amigablemente escudriñan la partida, investigan los avatares de la riña y se instruyen en el análisis de la contienda. El humano instinto de agresión ha sido felizmente *sublimado.

*Sublimación Mecanismo de defensa contra las pulsiones de los instintos Permite desviar las energías tanto sexuales o agresivas hacia fines superiores con cierto valor social En el caso de ajedrez, no es necesario literalmente matar al contrincante. Si no únicamente dedicarle un “Jaque Mate” dentro de las reglas civilizadas del juego ciencia.

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